Mi madre por ejemplo, es una excelente docente, siempre ha obtenido buenos resultados, forma cursos responsables y educados. Forma hasta a los apoderados, para que sean mejor gente. Entonces, cuando llega su hora de jubilar, nadie mueve un dedo para que ella reciba su merecido pago y comience el descanso tan anhelado, contrariamente, se le castiga dándole las horas de clases más complejas, con los cursos más difíciles y absorbentes. La municipalidad se encarga de todo, menos de guadar dinero para aquellos profesores que han cumplido de sobra con su trabajo...o sea, son casi 40 años de trabajo sin parar!!!!!!!!!!!!!!!!!! ¿por qué no pudieron tenerle su dinero cuando cumplió 60, para que jubilara tranquila? Ahora con 62, cansada físicamente, agotada porque este era su tiempo de descansar y se había hecho ilusiones con eso...pero tiene que levantarse temprano día a día para ir a trabajar...en un trabajo que, a pesar de todo, ama, pero un trabajo que no hace igual, porque pasado los 60 el cuerpo ya no es el mismo y las ganas de quedarse disfrutando de su "tercera edad" es más fuerte...y se justifica totalmente, porque por casi 4 décadas se entregó por completo a su labor de educar, sin embargo, eso no es reconocido. Al contrario, el ser buena profe la tiene aún educando, cuando su tiempo, en sus propias palabras "ya pasó".
El sistema te maltrata, te castiga. Te paga poco por muuuuuuuuucho trabajo, no te reconocen el trabajo y la entrega..."tu trabajo no más es" "así es la vocación", son los comentarios que escucho cuando mi trabajo es más que satisfactorio. Parece que nada excede la norma.
Ser profesora o profesor en este sistema, en esta crisis familiar, es para matar cualquier vocación. La mía está en un examen preventivo, quien sabe qué enfermedades voy a encontrar al final.