Mi abuela tenía un sombrero...en realidad tenía varios. Yo me los colocaba y me caían sobre los ojos. Nunca fueron del tamaño de mi cabeza...o el solmbrero era muy grande, o yo era cabezona...todo dependía de la época en que me los probaba.
Inspirada en uno de los tantos que me probe en la casa de la playa, hice este anillo. Las pelotitas son un vicio, me encantan como quedan.
1 comentario:
Yo me probaba los zapatos de mi abuelo, me encantaba tratar de atar los cordones tan cortitos que tenían.
Ahora siempre mantengo un atado de cordones, por si se corta alguno.
¡cómo nos marcan los viejos!
Un abrazo.
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