Caminar, solo preocupándote de encontrar el mejor ángulo, el que nadie ha explorado para poder retratarlo con la cámara fotográfica es, sin duda, la mejor terapia.
La cantera del volcán Rano Kau (la foto) el cráter del volcán Rano Raraku (en el post anterior) son los dos lugares que más tranquilidad me transmitieron. Obviamente mi mente de ficcionista se hizo de miles de teorías para explicar el cómo y por qué los moais estaban a medio camino de sus ahus. No importó lo que la guía dijo, que igualmente me quedó grabado...mi mente se fue por los caminos de lo inexplicable, encontrando solo explicación en lo paranormal y alienígena. Tal vez es la herencia sicótica de los Archivos Secretos X, o tal vez solo sea la forma que mi mente tiene de vacacionar. Como haya sido, el haber enviado a la mente de vacaciones fue la mejor sensación en muuuuucho tiempo.
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