Verdades de la Vida

Existen muchas verdades indiscutibles en la vida. Algunas no siempre nos gustan como verdades, así que les damos algunos retoques de maquillaje para que no se vean tan "verdades" y así no tengamos que pensar o repensar las decisiones que tomamos...o sea...nos mentimos a nosotros mismos para que la vida se nos acomode de mejor manera, sin tener que pasar por momentos incómodos. Para algunos es una verdadera lata siquiera pensar en tomar las riendas de su vida, la comodidad y la modorra son más convenientes, por lo que dejan en otros las decisiones de su vida y se conforman, para evitar la fatiga...como diría un personaje de tv.

A mi me pasa que siempre estoy en total contacto con mis decisiones, es más, detesto que otros crean que pueden decidir por mi...sin embargo, últimamente no he sido de las más asertivas en ese ámbito; y a pesar de eso, me siento feliz de no haber dejado mi vida en manos de terceros. Yo soy la única responsable de mi destino y esa es una VERDAD ABSOLUTA. Me gusta esa verdad, aunque acarre dolores, incomodidades y algo de angustia...por el momento. Después de un noche de insomnio creo que encontraré lo que busco...o lo que busco me encontrará a mi (después de todo así se han dado gran parte de las oportunidades que he tenido).

En fin, sin trabajo (o entre trabajos...como diría un gringo en una serie de tv), con poca plata (dinero...porque del metal tengo varios gramos que esperan ser transformados en algo bello y útil), con demasiados kilos de más (que prometo bajar a partir del fin de semana cuando mi hermano compre las bicicletas tan anheladas) y con pintura en los dedos (estoy dercorando unos frascos para que mi hermana decore la cocina de su nuevo hogar) tengo la necesidad de moverme hacia adelante, avanzar, asumir...sobre todo asumir que una mala decisión debe venir acompañada no de arrepentimiento, sino de SOLUCIONES, para no volver a tropezar de nuevo con la misma piedra.